El Insecticida de Blanchot

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Que aparezcan en los hogares familiares
Los insectos del calor

Que se esconden
En los suelos de las Capitales,
Para empantanar el residir cúbico
De estas apagadas edades y tiempos frontales;
Las amplificaciones de la verdad,

Ya nos permiten dudar,
La representación misma del teatro desbordante fundaran estos ejércitos,

Bichos fragmentarios, escuchando zumbidos, los sonidos del azar
Abordaran los muros de las viviendas como raíces en movimiento,
En interminables sembradíos de cooperación
Cubrirán el sol, las moscas harán de la niebla un huracán
Inundaran las visiones estables del mundo
Los gusanos con sabía protección
Las afectividades debilitaran,
Con los ritmos de pestes; plagas edificaran
Construirán la catástrofe que Blanchot ocultó
En sus paredes maduras de imágenes indescifrables,
Con el horror se conocerá los mensajes de estos resumidos animales.
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Los habitantes cívicos retrocederán aun soberbios
Por recorridos de mesetas, luego del desastre, se encajonaran en trincheras
Hasta que las nuevas molestias humanas vuelvan ahuyentar,
Así los insectos se alejaran de sus propias fuerzas, callaran
Una vez silenciadas las calles de las urbes la violencia se transformara
En un desierto salado y amarillo transmitiendo
Sus núcleos de polen a lo molecular
Expandiendo el vacío al interior de las víctimas sobrevivientes.
Y por su parte
En invierno los grillos nos orquestaran un “funeral siniestro”.