Ayer




Las horas nocturnas calman al mundo
de los animales
con un velo que no aprieta lo suficiente
su ayuda es indispensable
entre motores y comercio
deja entrever locuaces signos de arrepentimiento
es un velo ajustado
de como das amarre a tus dedos
es roja esa maldita luz que nos detiene
la frente me duele
tiene un tajo está coronada
por libros acurrucados con papeles
no dejan ver la fábula
un pañuelo transparente por donde mira
cualquier cosa menos mirada
un antifaz de lana con bordados de plantas
algo de esas sombras que dan chaleco
y algunas pilchas pa Mayo
llaman desde el cielo a una risa enmarañada
un susurro de aliento picaresco
que toma forma aún no de materia
un vapor que baña las calles de sombra y contraste
los perfumes de los jardines se asustan
los olores se ocultan en frasquitos
una historia de fulgor que dio oscuridad
a la memoria de los adultos elocuentes
hay voces que cruzan el camino con el velo puesto
aquellos tirititeros murieron de inocencia
en los brazos de los garzones internacionales
les mecieron las heridas como si fueran pensamientos
juraron con dardos y estelas los funerales
un mundo de amor que prometían pocas aventuras
nos entretuvieron los cadáveres
de los insumos estropeados de Franklin
ya no se pudo amar como se hizo antes
está quemada la lampara que alumbraba el sofá cama
la atmósfera es negra y el viento algo más denso
llueve pero se detuvo este instante
ahora sofoca, se demoran
entre que armen algo nuevo hay que pasar la noche



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