todo lo que huele a mierda, huele a ser


atadme si queréis,
pero existe una cosa
que es alguna cosa
una sola cosa
que valga alguna cosa
que la siento
por lo que quiere
ARRANCAR:
la presencia
de mi dolor
corporal

(Para acabar con el juicio de Dios, Artaud)

Una fatiga de principio del mundo, la sensación de estar cargando el cuerpo, un sentimiento de increíble fragilidad, que se transforma en rompiente dolor, un estado de entorpecimiento doloroso, de entorpecimiento localizado en la piel, que no prohibe ningún movimiento, pero que cambia el sentimiento interno de un miembro, y a la simple posición vertical le otorga el premio de un esfuerzo victorioso. Localizado probablemente en la piel, pero sentido como la supresión radical de un miembro y presentando al cerebro sólo imágenes de miembros filiformes y algodonosos, lejanas imágenes de miembros nunca en su sitio. La suerte de ruptura interna de la correspondencia de todos los nervios.

Un vértigo en movimiento, una especie de caída oblicua acompañando cualquier esfuerzo, una coagulación de calor que encierra toda la extensión del cráneo, o se rompe a pedazos, placas de calor nunca quietas. Una exacerbación dolorosa del cráneo, una cortante presión de los nervios, la nuca empeñada en sufrir, las sienes que se cristalizan o se petrifican, una cabeza hollada por caballos
(DESCRIPCIÓN DE UN ESTADO FÍSICO, Antonin Artaud)

Comentarios

Acuarela dijo…
Donde huele a mierda
huele a ser.
El hombre bien habría podido no cagar
no abrir nunca el bolsillo anal,
pero escogió cagar
como habría podido escoger la vida
en lugar de consentir en vivir muerto.
Puesto que para no hacer caca,
habría tenido que consentir en no ser,
pero no pudo resolverse a perder
el ser,
es decir a morir en vida.
Hay en el ser
algo particularmente tentador para el hombre
y ese algo es justamente LA CACA.
(aquí rugidos.)
Antonin Artaud.

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