La Colonizacion de la Violencia en la Poética Chilena

“el Rayo de la Ira en el seno de tu Sixtina” (E. Lihn)





La violencia siempre ha sido un elemento conflictivo en cualquier sociedad, la discusión en torno a este tema siempre termina en un monologo de los discursos dominantes que buscan imponerse por sobre otros diálogos subterráneos. La hegemonía del saber se establece a través de los consensos sociales que buscan repeler nuevas concepciones acerca de un tema tan problemático como es la violencia y sus afectividades ligadas. El predomino de una noción política como es el de este caso provoca que se conviertan en un poderoso dispositivo de control del conocimiento y en definitiva del cuerpo. La poesía desde su terreno lingüístico es capaz de abarcar una cosmovisión mucho mas compleja y cercana a lo experimentado por los sujetos, que en el relato terminan transformándose en los actos revividos de nuestra propia violencia. Esto se puede entender como un mundo de la vida donde la poética juega detalladamente dentro del espacio micropolítico y particularmente en la configuración del cuerpo, creando así sus nociones de violencia en el Chile militar y posdictadura.

La narrativa chilena cuenta con un extenso material que da a conocer la inquietud que existe por parte de los autores con el enfrentamiento a la muerte y el sufrimiento de America Latina, de hecho es recurrente encontrarse en la literatura chilena con estas realidades que se muestran oscuras, que describen las vivencias de oprimidos individuos, una de las temáticas mas frecuentemente utilizada y que aparecen a lo ancho en la novela y lo largo en la poesía chilena tiene que ver con las luchas sociales, la explotación y el dolor de los habitantes de un país que lucha constantemente contra su violencia y que puede encontrar en sus orígenes belicosas reuniones entre indígenas y españoles en el periodo de la colonización americana.

El uso de la violencia en la poesía chilena cuenta con una particularidad, que podría extrapolarse a toda la literatura Latinoamericana y que según señala Ariel Dorfman existe un vínculo estrecho entre el sufrimiento provocado por los saqueos europeos y la violencia que se estableció como mecanismo de defensa dentro del sujeto latinoamericano, con lo cual el hombre en la Poesía se recupera con fracturas crónicas de la memoria y una mentalidad expuesta a afectarse nuevamente con los símbolos totalizantes de la violencia, así este Hombre comienza a usar la violencia como parte de él, sin negar al cuerpo sus impulsos, reaccionando legítimamente frente a la violencia exterior. “la violencia es el modo habitual de defenderse, el método que esta mas a la mano, el mas fácil, a veces el único, para que a uno no lo maten”[1]

El territorio donde entran a combatir las ideas socioculturales es el de la literatura, aquí se pueden mostrar todas las infinitas maneras de imaginar el mundo encarnizadas persecuciones y enfrentarse a las problemáticas coyunturales con diferentes matices contradictorios e inútiles, porque no hay salida al entrar a este mito, son zonas de peligro y campos de exterminio, diría Harris, esto hace que se abran nuevas opciones de habitarse y vincularse con el entorno arcaico. Así es como en la poesía se va creando un entendimiento nuevo, una nueva realidad que miente y se oculta a los valores convencionales, pero que renace desde una marginalidad ordenada, en palabras de Teillier seria:“Mi instrumento contra el mundo es otra visión del mundo, que debo expresar a través de la palabra justa, tan difícil de hallar... como el afrontar el problema de la muerte que subyace en nosotros revelada como el fuego revela la tinta invisible”[2].

La Colonización de la Violencia

La visión dominante acerca de lo que consideramos violento esta construido desde conceptualizaciones foráneas al contexto y que particularmente en nuestras condiciones materiales y espirituales no existen como sujetos Latinoamericanos. Es por esto que en E. Lihn podemos encontrar la idea de poesía situada, dando a las circunstancias en la que fue creada una obra la categoría expresiva que darán las referencias espaciales para su lectura. Nuestras sensibilidades históricas frente a ciertos momentos hacen que se hayan creado una particular manera de enfrentar fenómenos violentos que son interiormente significativos desde el plano de la identidad común.

El primer poema considerado pertenecientes o fundadores a la nación chilena fue “La Araucana” el cual nos muestra de que forma se fueron dando estos enfrentamientos sangrientos, este inicio poético de nuestra historia común deja en claro en unos de sus pasajes las intensiones pedagógicas civilizatorias de los nuevos conquistadores de tierras australes. La empresa paternalista española puso sus mas fuertes influencias política religiosas durante su participación en la guerra de Arauco, su evangelización ideológica en esos años pudo materializarse en esta obra clásica de la literatura que nos permite identificar de que manera se instauro en el Chile las categorías sociales para reconocerse como un sujeto naciente, por no pertenecer a ninguna de las trincheras en disputa, pero que estableció un orden nuevo de saberes regulados por el conocimiento Europeo. Como dice Waldo Rojas “la Araucana refleja un sistemas de valores cristianos ligados al honor, valor e hidalguía forjados en el espíritu de cruzada propio de la reconquista española y que es heredero el poeta”[3]

La guerra fue del cielo derivada
y en el linaje humano transferida,
cuando fue por la ruta reservada
nuestra naturaleza corrompida.
Por la guerra la paz es conservada
y la insolencia humana reprimida,
por ella a veces Dios el mundo aflige,
le castiga, le enmienda y le corrige
[4] (canto XXXVII)

La Araucana de Ercilla y es una obra que muestra la visión de un militar poeta que transmite detalladamente la filosofía de conquista, donde por un lado señala la vocación divina de la travesía, que tiene como fin calmar la soberbia del indio rebelde a través de la imposición de las leyes cristianas y por otro las ansias de poder de la empresa colonial que requería de las riquezas americanas para cumplir con la misión de expandir el reino y en definitiva el conocimiento europeo, por lo que no es raro encontrarse con versos que aluden a la fuerte resistencia indígena, que se niegan a ser convertidos en sujetos de la corona y la religión europea, y que particularmente los araucanos sabían defenderse de estas amenazas, así Ercilla le pone énfasis a la capacidad de guerra de los guerreros mapuches y por sus extraños manejos estratégicos de la violencia.

No ha habido rey jamás que sujetase
esta soberbia gente libertada,
ni extranjera nación que se jactase
de haber dado en sus términos pisada,
ni comarcana tierra que se osase
mover en contra y levantar espada.
Siempre fue exenta, indómita, temida,
de leyes libre y de cerviz erguida
[5]

Lo importante de este texto tiene relación con lo que conllevó para Chile esta obra, instaurándose dentro de la conciencia de los individuos, es por medio de patrimonios culturales como este, fue que se instauró también la colonización, pero esta vez de forma mucho mas profunda y duradera, la del saber, conocer y ver, el lenguaje que heredamos como estado nación es iconográficamente extranjera, la cual posibilita que la dominación perdure en sus mas íntimos significados, de esta manera se puede señalar que la independencia, por lo menos en términos sociolingüísticos, no ocurrió. De hecho los procesos independentistas provocaron que existieran facilidades para que se ejerciera la hegemonía del ajeno legítimamente por sobre el saber del otro, del Araucano o Mapuche, hasta el día de hoy desconocido por el Chile democrático “En condiciones de dominación oficial, esta vez jurídicamente unilateral, de los chilenos sobre un territorio ganado en alta lucha a la corona española. Ello tuvo el efecto de transformar el “orgulloso territorio de la nacion araucana” en un enojoso paréntesis de nuestra territorialidad”[6]

Y como lo señala Waldo Rojas los siglos de ardua lucha indígena por mantener sus territorios y recuperar la cultura perdida se vio transformada por la guerra interminable de Arauco en amenazas para el solido estado chileno y lo memorable de los actos heroicos de guerra por la autoprotección en burocráticas mediaciones bajo argumentos judiciales. “la resistencia y lo glorioso de la belicosidad épica araucana se volvió una fechoría criminal mayor que implicaban aquellos actos de rebeldía antipatriota (de la reconquista)”[7]. ahora quiero mostrar unos pequeños extractos de un articulo de Gabriela Mistral sobre el Pueblo Araucano que aparecen en sus escritos políticos

“Cualquiera hubiera pensado que un pueblo dicho en un poema épico, referido elogiosamente por el enemigo, exaltado hasta la colección de clásicos españoles, seria un pueblo de mejor fortuna en su divulgación……pero la obra se murió en cincuenta años de la mala muerte literaria que es la del mortal aburrimiento, la de disgustar en tono falso, que estos tiempos sinceros no perdonan...no importa el mal poema: la raza vivió el valor magnifico; la raza hostigó y agoto a los conquistadores; el pequeño grupo salvaje, sin proponérselo, vengo a las indiadas laxas del continente y les dejo en buenas cuentas, lavada su honra”[8]

La violencia desde los márgenes de la poesía

Sin embargo este saber sobre la violencia no se perdió, quedo situada en los símbolos mas profundos del sujeto latinoamericano que salen a relucir en momentos donde las crisis son la única solución, el saber de los márgenes lo imagina y lo ejecuta, es la forma de resistir a lo material, a la figura de la agresividad cotidiana, la violencia simbólica del mundo desterritorializado, sobre todo cuando los códigos de sociabilidad no funcionan y sobrepasan los análisis de lo inmediato, ahí se crean las grietas por donde escapan los flujos de información no administrada por el capitalismo avanzado, aparece el dolor de los cuerpos históricos que decodifican el signo binario (bueno/malo) ante la experiencia sensible, que es nueva, y que logra converger las identidades con un carácter urgente, haciéndose creadora y destructiva.

La poesía cuenta con la capacidad de representar las vivencias del otro desconocido, del sujeto innominado que se conduce heterogéneo desde la perspectiva dominante, lo cual provoca que la alteridad se una al lenguaje, se muestre cómoda sobre los márgenes del significado, la manera no acotada de la poesía permite la amplitud de interpretaciones que hace que se vallan articulando saberes, dando así, razones estéticas que den pie para resignificar los prejuicios del pasado. la poesía es el terreno imaginario donde queda inscrita la historia, y que no se ve reducida a miradas objetivas científicas, es por eso que ahí se pueden encontrar las heridas, los testigos de lo que ocurrió y de lo que va a pasar.

La violencia en todas sus particularidades, pero lo mas principal a mi parecer es hacerlo desde ópticas propias, subjetivadas y que sean conectadas por los lugares comunes del conocer, que el vivir ajeno se vuelva cotidiano para que después se halle la naturalidad de sus fenómenos, lo humano de sus sentidos, que revele lo precario como devuelve la violencia “la temática de la violencia busca desentrañar las formas especificas, múltiples, contradictorias y profundamente humanas, mostrar como se ha creado una cosmovisión que no se presenta en ningún otro lugar, como el hombre latinoamericano ha enfrentado el problema de su muerte y su libertad, y como, derrotado o vencido, ha sabido buscar en la violencia su ser mas intimo, su vinculo ambiguo o inmediato con los demás”[9] .

Es así como por ejemplo Diego Maquieira, perteneciente a una familia aristocrática, es capaz transformarse en una pandilla de rebeldes, anarquistas y pendencieros que se identifican con la constante guerra humana y que no se olvida la debilidad tranquilizadora de sus combates inútiles de juventud.

“Preferíamos la muerte / a perder la libertad / y llevábamos la alegría del amor / hasta las puertas del infierno / hasta desafiar a la misma muerte / desnudándonos en pleno combate / o agrandándonos las heridas recibidas...”[10]


A causa de las pautas violentas que imponen los que llama inquisidores y que encontramos en los círculos de poder tradicional aparece Maquieira enrostrándo con orgullo la guerrilla intelectual de la cual participan, que sin embargo busca alejarse lo más posible de estos nichos soberanos posiblemente de su infancia. Los Pendencieros se nombran como las amantes de la perdición, junto con las damas venidas a menos, insolentes que se entregan al júbilo, es decir con toda la manga de inadaptados y violentos sujetos del porvenir desgarrado poseyendo las pasiones más destructivas.

“Ni a los aliados hunos se les sopló por radar / que les íbamos a subir el mar a los Phantom / hasta ahogarlos en el firmamento, / porque el mar empezó a subir hasta el cielo / donde las alas no les servían ni de remos”[11]

Por otro lado esta Neruda que se identifica mucha mas con la lucha de la tierra, de la tradición romántica, en donde la melancolía de las antiguas culturas americana se ven representadas en las contemporáneas disputas sangrientas de la dialéctica guerra ideológica de ese momento.

Venid a ver la sangre por las calles,
Venid a ver la sangre por las calles,
Venid a ver la sangre por las calles!
[12].

En el monopolio legítimo de la violencia que utilizan los sectores históricamente ligados al poder es donde se hace evidente la coacción del discurso oficial y la poesía vendría a ser un espacio de resistencia en el lenguaje de esta realidad manipulada, que intenta desde las voces autorizadas sembrar concretamente el poder en los cuerpos oprimidos, "La realidad es el único libro que nos hace sufrir". Señala Lihn, dando cuenta que la realidad es también lenguaje y un lenguaje que esta siendo utilizado no desde criterios estéticos, sino de control y disciplinamiento social.

Hay lagrimas de hierro amontonadas, pero
por dentro del invierno se levanta el hongo infernal
del cataclismo personal, y catástrofes
de ciudades
que murieron y son polvo remoto, aúllan.

Ha llegado la hora vestida de pánico
en la cual todas las vidas carecen de sentido,
carecen de destino, carecen de estilo y de
espada, carecen de dirección, de voz.
[13]

En este fragmento del poema de Pablo de Rokha hace mención de este disciplinamiento y manejo por parte de la realidad, al catalogarla de sin sentido, donde el destino el cual conduce no esta decidido por los sucesos personales, sino que han sido las tragedias exteriores las que han provocado esa dirección, señalando además, que esa orientación no posee una espada o uno tiene una lucha individual ni colectiva y que sin embargo esta desesperada, vestida de pánico por lo cual el autor insinúa una disposición a enfrentarse en un campo de batalla demoníaco, maniaco y angustioso.

Respecto de este mundo exterior, etnocentrista, que observa bajo predefiniciones acerca del otro (encubierto) puedo decir que se ven impuestas de forma transversal a todas las disciplinas científicas y oficiales que propagan un ideal del miedo sobre los individuos espectadores, siendo que las realidades ficticias de las poéticas acuñadas históricamente pueden dar cuenta de representaciones pictóricas íntimas, detalladas, auténticas que establecen otra manera de afectarse con sentimientos asociados al peligro. una parte de la poesía chilena, la que estoy estudiando en este trabajo, entra a relacionarse en códigos significantes profundamente dispares de lo que se concibe comúnmente como violencia o dando características de variados tipos a las formas de violencia, que por lo demás, están bastantes alejadas de como se vive bajo esquemas culturales tradicionales "Es posible tratar de comprender la forma en que se instituye en cada momento histórico la relación de una sociedad con la violencia, cómo se fabrica un hombre violento o dócil o cómo el discurso sobre la violencia fabrica sujetos resistentes o sumisos y cómo su reinterpretación puede introducir nuevos acontecimientos que compelen a la violencia a presentar su nuevo rostro”[14].

“En ausencia de las instituciones de la justicia,
el código de honor señala que sólo la reparación
de la venganza restablece el orden perdido”
[15]

Esta posición violenta dentro de los narradores poéticos es un método de defensa o mejor dicho un uso orientado (o mas bien occidentado) de afectividades internas que se fabrican en adversidad , es por esto que la violencia no se percibe como una enajenación que se presenta en un minuto de descontrol y que se apodera de sus movimientos sino, por el contrario, llega a transformarse en una herramienta de manejo político emocional que aparece en determinadas situaciones al florecer aptitudes oscuras y que tienen objetivos medianamente definidos. los limites en los que se juega la vida están siempre presentes por las constantes amenazas, lo que da un manejo a contrapelo de las debilidades y que siempre es autodestructivo. el sujeto poético no niega el uso de la violencia, es parte de él, la forma de apropiación de su emoción le permite orientar las energías que fluyen desde el mundo interior y que se están revelando frente a su exterior opresor como lo muestra E. Lihn en la estrofa final de la pieza Oscura.

Pero una parte de mi no ha girado al compás de la rueda, a favor
de la corriente.
Nada es bastante real para un fantasma. Soy en parte ese niño que
Cae de rodillas
dulcemente abrumado de imposibles presagios
y no he cumplido aun toda mi edad
ni llegare a cumplirla como él
de una sola vez y para siempre
[16].

Otro de los claros ejemplos de esta declaración contra su entorno represivo es el de Gabriela Mistral en donde ella se refiere así misma como gusano del mundo social, sin tener que perder la debilidad de su condición humana y la fortaleza que se requiere entrar a las lógicas aterradoras de la vida moderna. Se puede entender en su prosa precisa como la violencia es despreciable pero eficaz al momento de defenderse de ella y en la agresividad frágil y sensible se le puede hallar a ella, en un estado inerte, convivir con sus encogidas imágenes, y sin insinuaciones o acercamientos neutros valoricamente, sino que interiorizados políticamente, ni mediocres paralelos afectivos de sus profundos odios y dolores. terminando de contagiar al lector de la sencilla rabia que lleva su naturaleza.

“He aquí mi filosofía moderna:
no muestres jamás al mundo ternura, mansedumbre ni piedad; al verte cordero se arrojaran sobre ti, te despedazarían riendo. Fiereza, bestialidad de sentimientos, impiedad eso muéstrale. al saberte león te dejaran vivir tranquilo.
No muestres compasión por nadie, aunque la sientas. has favores sin afectarlos. si vieran emoción e interés en tu rostro cuando le das limosnas se abalanzarían sobre ti y desnudo te dejarían. como a los canes, a los hombres no debe dárseles el alimento sino arrojársele”
[17]

El recurso de la violencia en la poética chilena es concebido como una herramienta imprescindible, la violencia es tan propia y legitima que va a adquirir un valor de uso nuevo, rejuvenecido de las antiguas formas de resistencia que va a venir a tomar una posición inamovible en las paginas de la retórica intelectual chilena y que tomara posición frente a las formas recurrentes de violencia macropolitica.

Es así como lo muestra T. Harris en su Cipango inspirado en el Concepción clandestino y las calles desoladas en años de Dictadura, como las esperanzas no existieron en los Orompellos y Hoteles penquistas de la época, sino que los movimientos imaginarios se vivían en los márgenes, en la Ultima calle de la ciudad que se destino al vació de la Av. de Prat, junto con los vasos de vino del yugo bar. La soledad que se refleja por momentos en Cipango no es tal, ya que la forma de pervertir sus mentes es por medio de los peligros-lugares que se ocultan de Concepción, que se concibe en grupos de agregados espectadores de los cuerpos exterminados.

no sabemos a ciencia cierta si el tropel de caballos
amarillos
era parte de los pervertidos mecanismos del sueño
o un dato efectivo de lo real.
Nos habían dicho que todo nos sería concedido en sueños:
nos habían dicho: "Vayan y busquen el amor"
y ante nosotros las ciudades eran el teatro del dolor:
pero sabíamos que los
pervertidos mecanismos del sueño
se oponen al dolor.
[18]

El trabajo poético contemporáneo busca alejarse del monopolio institucionalizado del ejercicio del poder y reconocerlo bajos códigos cotidianos de encauzamiento de la fuerza física y simbólica. la violencia en términos micropolíticos se podrían configuran dentro de los actos liberadores y de encierro. La poesía ha sabido dar cuenta de ello, sacando los sesgos ideológicos que comúnmente se apela al vislumbrar las perdidas materiales que son las primeras en sufrir las consecuencias de esta energía desparramada. de este modo la poesía le hace justicia al instinto moderador de energías, organizador de las fuerzas productivas e improductivas, articulador entre mente y entorno que ya le basta con el encierro en que se encuentra el cuerpo.

Es así como Ariel Dorfman habla de un sujeto que imagina la muerte para evitarla, de ponerle nombre propio para vestirla al antojo, para que ella no pueda manejar al sujeto, es domesticar la muerte para usarla contra alguien o algo que en algún momento se sabrá y que el ordenador de las energías es un diseñador de las emociones, como un esquizofrénico manipulador del cuerpo sin órganos de Artaud. “se intenta establecer un equilibrio, la justicia que se genera desde del individuo. el mundo me amenaza y yo amenazo al mundo. Pero en esta interacción se encuentra una secreta y momentánea armonía entre las fuerzas interiores y las que reinan en el mundo exterior. Me convierto en afluyente del caudaloso rió de lo real, siento que estoy interpretando el sentido oculto de la cosas, que en un rito individual estoy imitando la estructura de una realidad exterior que me parece casi divina por su omnipresencia. el hombre violento esta solo, es cierto, pero no se encuentra aislado, reconociéndose y recuperándose”[19].

Sin embargo sería delicioso
asustar a un notario con un lirio cortado
o dar muerte a una monja con un golpe de oreja.
Sería bello
ir por las calles con un cuchillo verde
y dando gritos hasta morir de frío

No quiero para mí tantas desgracias.
No quiero continuar de raíz y de tumba,
de subterráneo solo, de bodega con muertos
ateridos, muriéndome de pena.
[20]

En estos versos de Walking Around Neruda demuestra otro de los sujetos ocultos en la poesia, es un sujeto que responde a otros tratos éticos con la autoridad en este caso religiosa, es un individuo que esta sujeto a sus placeres y sus horrores, al cual no se le puede asignar categorías cívicas de convivencia ya que desprecia de forma cercana, casi compañera a los hombres que viven bajo las imposiciones de realidad y donde él mismo sale mal herido por aburrimiento.

por otra parte esta la concepción de una alegría ante la violencia tiene que ser provista de una lucida visión como la de Maquieira, que contiene elementos recuperados de las inútiles intenciones de la juventud, que perdieron en las concesiones ideológicas del pasado. “Los Harriers atacan jubilosos de perpetuar el ataque intuyendo que la derrota es casi segura. No esperan la victoria sino que hacer el máximo daño al enemigo. La actitud, la voluntad de no rendición es lo que cuenta. Son rebeldes mamándose la dura belleza de la guerra, pero tentados y atraídos, como todo rebelde, por aquello que combaten”.

Por Ultimo podría referirme a la violencia como amenaza de los sujetos que la ejercen, pero tampoco hay que olvidar que vivimos en un universo semiótico repleto de símbolos que propician las reacciones descarnadas de los Hombres, ya que parece que vamos a tener que aprender a convivir con esta violencia porque no tiene la intención de desaparecer, la violencia esta en todos lados por lo que lo mejor que podemos hacer es reinterpretarla, no desde las lógicas obvias con criterios moralistas, sino que desde perspectivas estéticas dados por la expresión que esta conlleva. No es casualidad que la literatura y particularmente la poesía tomen estas temáticas para apropiarse de sus significaciones ya que como todo circulo vicioso tiene muchas aristas y formas de enfrentarse a el. Por esto creo que los pueblos tienen un grado de conocimientos frente a problemáticas como estas, que se ven en lo cotidiano porque conviven a diario con estos símbolos, sin embargo dentro de las discusiones oficiales y las perspectivas dominantes son totalizadas, son reducidas a términos de peligro, los intereses que relucen muestran lo discreto de su violencia. En definitiva la muerte del sujeto latinoamericano esta dado por su historia y negar su expresión seria apresurar su huida, esta huida demuestra la entrega que tiene con los otros y que su destino personal esta siendo mas real que cualquier ilusión de triunfo.




"el amor podría significar la muerte
y arruinar el sueño de la guerra infinita" (Diego Maquieira).









[1] Ariel Dorfman Imaginación y violencia en America, Editorial Universitaria, 1970
[2] Jorge Teillier Sobre el mundo donde verdaderamente habito o la experiencia poética http://www.uchile.cl/cultura/teillier/poeticas/1.html

[3] Waldo Rojas Poesía y cultura poética en Chile. Aportes críticos, Editorial Universidad de Santiago
[4] Alonso de Ercilla la Araucana http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/documento_detalle.asp?id=MC0005035
[5] ibid
[6] Waldo Rojas Poesía y cultura poética en Chile. Aportes críticos, Editorial Universidad de Santiago
[7] ibid
[8] Gabriel Mistral “El pueblo araucano”, en Escritos políticos. Selección, prólogo y notas de Jaime Quezada. Santiago. Tierra Firme,

[9] Ariel Dorfman Imaginación y violencia en America, Editorial Universitaria, 1970
[10]Diego Maquieira. La Tirana; Los Sea Harrier. Santiago: Tajamar Editores, 2003


[11] Diego Maquieira. La Tirana; Los Sea Harrier. Santiago: Tajamar Editores, 2003
[12] Pablo Neruda Tercera residencia. Buenos Aires, Losada, 1947
[13] Poesía Chilena Contemporánea compilador Nain Nomez, Ed. Tierra Firme 2002
[14]Michael Foucault http://www. violenciayaburrimiento.htm
[15] J. L. Borges http://www.elinterpretador.net/16GonzaloBasualdo-GalimbertiYLaOpcionBorgeana.htm

[16] Poesía Chilena Contemporánea compilador Nain Nomez, Ed. Tierra Firme 2002
[17] Gabriel Mistral Páginas en prosa Buenos Aires. Kapelusz. 1962. Ed. de José Pereira Rodríguez
[18] Tomas Harris Cipango http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/documento_detalle.asp?id=MC0031022

[19] Ariel Dorfman Imaginación y violencia en America, Editorial Universitaria, 1970
[20] Pablo Neruda Tercera residencia. Buenos Aires, Losada, 1947

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