Un viejo oscuro
Por
la noche,
al
caminar por una parte de la ciudad
en
una avenida aislada y oscura,
iluminada
sólo con los focos de los semáforos laterales,
y
algunas lamparas de habitaciones encendidas
en
los edificios de 4 pisos
un
joven caminaba sin una ruta clara
e
investigaba sobre su futuro mirando un mapa
ahí
aparece un anciano que le ofreció ayuda
dijo,
sin dudar, que él sabia donde debía ir
El
anciano parecía un poco cansado
tenía
pan en las manos
y
por la boca al hablar
repartía
pedazos de miga al piso .
Dijo
que no tenia oficio
que
conocía muy bien esos lugares
el
fuego era normal a esas horas
ayudaba
a iluminar, al frío
y
hacer figuras con las manos
en
los edificios
El
joven aceptó confiado lo que le decía
que
lo acompañaba un rato
creyó
que lo iba a llevar a un lugar mas iluminado,
lo
siguió durante todo el camino.
Comenzaron
a conversar y el joven perdido preguntó
-¿un
lugar donde pueda comer algo y beber un vino barato?
y
el anciano lo llevó apurando el paso
doblaron
por la avenida por una calle aún más oscura.
Una
vez dentro de un local
con
manteles verdes en las mesas,
le
pregunto que hacia ahí
este
le dijo que venia a trabajar
que
llevaba una semana
pero
primero estaba conociendo la ciudad.
Comieron
un trozo de pizza con cebolla
hablaron
de la falta de cerros
de
la necesidad del campo
de
las vacas y de la siembra
de
la forma que toman las espaldas
al
no tener que mirar las estrellas
El
anciano dijo después de tomar el frasco de vino,
que
en tres cuadras más podría encontrar el paradero.
y
lo acompañó.
el
joven apreciaba ver esas calles oscuras con el viejo
sintió
el gusto de conocer su hogar
El
viejo mostró seguridad, al nunca girar la mirada
el
joven caminaba lento para no tropezarse
con
el estado irregular del piso
el
viejo saludaba a los animales de la basura
y
a las personas que estaban reunidas en una esquina.
El
anciano hablaba todo el tiempo, no permitía silencios.
Hablaba
y repetia:
el
trabajo a los viejos como él ya no valía nada
y
el esfuerzo diario ya no le era grato
que
el reconocimiento aún no le llegaba,
le
aconsejó al joven que trabaje ahora,
porque
mas adelante su esfuerzo
no
va a valer nada.
Llegando
al paradero se encargó de explicar
con
detalle los movimientos del bus,
donde
paraba y donde debía bajarse.
Espero
por 20 minutos que apareciera el micro
y
se ocupó de hacerlo parar.
Se
dieron un fuerte apretón de manos
se
despidieron con beso.
El
joven se subió al bus lleno de gente,
gritos
e iluminado por todos lados.
El
viejo se quedó abajo y siguió su camino por el barrio.
El
humo era lo único que se veía por la calle.
El
humo rodeaba la silueta del viejo,
Se
paró junto con los gatos
a
ver una noche más de oscuridad tras el fuego.
El
joven caminante,
en
cambio en el bus,
se
encandiló,
viajó
su tramo con los ojos cerrados.
Comentarios