Cuerpo Mestizo Histórico

Purgatorio - Ilustracción de S. Dalí a la Divina Comedia
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Me instalo en este pedazo del mundo
que es el único posible,
donde todo lo que he ganado
 también es lo perdido.
Las tierras instauradas en mi vientre,
fueron retiradas con rastrillo
y cuando se levantan indemnes
lo hacen desde su placa sumergida.

Hablo de un lugar de volcán
en silencio lírico
y pedregoso al balbucear.
sacrificios en él durante siglos
expuso un semblante encarnado con que mira
con que encara el ambiente sus recorridos.

Lo que siente esta piel es antiguo
tanto como el aire suelto que respira
conoce la historia no por libros,
sino por lo que hay en ella inscrito.

Escucha sonidos de un viaje
la cima del monte, lo alto del precipicio
logra subir por atajos
si entiende los bemoles que lo guian.

Se tuerce en silencio
buscando engranes dispersos por viejos amigos.
Los palacios internos que dijeren el aire
ocultan con gracia profunda desidia,
o gritan si a salvo están.
con que anestesia lo han mantenido.
Con un palo atormenta la sangre
ahora calma como un lago,
hace fluir como río enfurecido

por las venas van las catástrofes
y todo termina en atacar los edificios.
teñidas de color se hacen avenidas
claro parece al caer en las arterias adheridas

las cicatrizadas están tatuadas
o muy añejo el vinito
los ruidos lo que más confío
y las luces se desplazan en el tiempo
cabeza de árbol 
en un sistema rudimentario 
La energía eléctrica con que funciona
prefiere desnudarlo
escondido bajo piso esperando
mientras se marchen las carrocerías de los inquilinos

saltaran de otro siglo a las calles de barro sumergidas
entre los agachados edificios deslumbrados
despedí las super gráficas de los discursos
para despejar la mirada hacia nosotros mismos.

Sombras que quité con mis ansias
de no renegar de nada y dejarlo suelto y desprendido
estoy malescribiendo los inscritos, 
en la piel
en donde quepa
solté entre las grietas del concreto las sales
con que levantarán re vuelo sus mares

como los sonidos ocultos en los arboles
las huellas magistrales del doble hélice
que dejaron del otro siglo los Araucanos
escondido debajo del piso esperando
que se marchen de esta historia esos otros inquilinos
y con lluvias con sol de las ciudades
las curvas que integran los campos hundidos
que exageran los contrastes entre cielo y alambre
digan con voz confusa como sigue
la nueva caminata que empezaron
jóvenes y viejos hace cientos de años.


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