Nó háý zíúdád sín érrórés

Confirmando las energías de desencanto me senté a procesarlas. Resultó que eran correctas, estaba sobrepasado por ese sentimiento de derrota, de agotamiento. No me quedó mas que mirar hacia afuera, a ver que me tenia preparado el clima y el ambiente.

Los antecedentes no eran favorables con treinta tantos grados a la sombra y smog acumulados en los ojos no tenia muchas esperanzas que ocurriera un milagro, cómo por ejemplo lloviera.

Fue cuando se cruzó un tipo, era músico. Llevaba un instrumento en la mano. Parecía tan derrotado como yo, me provoco empatía su caminada arrastrada, aunque lo hacia rápido, iba apurado.

Lo seguí con la vista para determinar que próxima estupidez podría hacer. Y no me equivoqué. Hizo lo que nunca se le está permitido a un ciudadano, detenerse a mitad del recorrido.

Intentó resistirse a la muerte, en términos simples a rendirse.

Paró un instante miró al frente y se encontró con un cartel. Se sorprendió, no esperaba dicho regalo del cielo y se concentro a leer.

Se dispuso hacer lo que no se debe, gastar el tiempo, quizás perder dinero, en vez de ir a ensayar o a trabajar.

¿pero para que leer? mirar un cartel no te da de comer!!!

al parar vio: "no hay ciudad sin poesía" unos 20 versos le seguían, Infantiles. De Goytisolo si mal no recuerdo, premio nacional de literatura este año en España.

Me parece que un buen rato perdió tiempo, lo leyó completo.

Mientras Digería el mensaje, tomó aire, respiró profundo y siguió su camino.

Creo que dije Estupidez, llamé así a esa pausa en el día, al simple evento de leer un poema. De verdad Pienso que es un error detenerse a leer un poema. Sé también, que actos cómo este son muy comunes en todos los dias. Son los momentos que nos dan las fuerzas. Encontrarse con una pedazo de belleza es suficientes para salvar el día. Son los tubos de Oxigeno que se nos meten en los pulmones. Las vitaminas ficticias que justifican tener que seguir respirando el mismo smog y no partir lejos. Estos actos sólo Valoran la irresponsabilidad de salirse un rato de la realidad.

Aja! La tarea primitiva de la existencia, jugar a dejar de ser niños.

Bendito sea el trabajo de equivocarse, de cumplirles a nuestros errores.

Corresponderle a lo inútil. A aquello que no sirve para nada.